Ivan Ferreiro nunca falla

¿Un madrugón, cinco horas de tren, siesta y concierto? ¿Por qué no? Un planazo. Sobre todo si el concierto lo da Iván Ferreiro en La sala Riviera de Madrid.

Tras la apertura de puertas y carrerita para pillar sitio a pie de escenario junto a... increíble, ¿quinceañeras? Allí estaba. Y con dudas la verdad, tenía una sensación rara sobre este nuevo disco, de título interminable "Val Miñor-Madrid. Historia y cronología de mundo" realmente parece el título de la asignatura que siempre te dejas para septiembre. Tras oírlo incesantemente en el tren, me pasaba un poco como con todos los discos de Iván, sus canciones entre claroscuro no me terminaban de cuajar, por lo menos en el disco. 

Pero allí estábamos y puntualmente a las 19:45 aparece Nicolás Pastoriza, y diréis ¿este quién es? pues eso pensarían muchos... porque el telonero de Iván por el que él parece tener especial afecto, dejó la sala amuermada y deseando que se terminara su “trabajo”, de hecho su primera canción "La canción del telonero" explicaba claramente que su parte en ese concierto era hacer desear al público que tocara el grupo principal. 

Tras el sopor dejado por Pastoriza (letrista de algunas canciones del nuevo disco) Iván se hizo desear unos 20 minutos. Por fin tras la música de 20th Century Fox, apareció su banda con su nuevo “uniforme” de trabajo (traje a medida con camisa horrible) y ¡¡Zas, in your face! ¡¡empieza el concierto con "Turnedo"!! su buque insignia, la canción con la que cierra el apogeo de sus concierto es la elegida para comenzar este. Claro está, el público (unas 2000 personas según la Rolling Stone) se volvió loca desde el primer acorde. Le siguió "El bosón de Higgs", tras ésta "Abrazame" otra vez volvió al nuevo disco, alternando el nuevo trabajo con canciones de discos anteriores tanto en su época en solitario como con piratas. Que recuerde mi mala memoria cantó "Mi furia paranoica", "El equilibrio es imposible", "Inerte", "Jet-lag", "NYC", "Me toca tirar a mí", "Tristeza", "El viaje de Chihiro", aunque eché de menos "Días Azules" y curiosamente no cantó ninguna de su anterior trabajo "Picnic extraterrestre" . No faltó "Promesas" y  "Años 80" bueno, esta última la cantó el público porque él ya se dejó llevar. Durante todo el concierto tuvo que luchar por hacerse oír ante un público que a mi parecer (y ya llevo 7 conciertos de Iván Ferreiro) es el más entregado que he visto, os prometo que vi a gente hecha y derecha llorar emocionada.

Del nuevo disco su "Pájaro azul" o su "Bambi Ramone" te hacen imposible no querer ponerte a saltar, al igual que "Como conocí a vuestra madre".

En contra, podría decir que la acústica de la sala o tal vez el mal ajuste de sonido hacía que en determinados momentos no pudiera llegar la voz de Iván por encima de los acordes de guitarra y batería, que no pararon ni un momento, Emilio el guitarrista no acaba nunca bien peinado después de cada concierto. Incluso en las canciones más tranquilas del disco, el sonido electrizante que le impusieron a todas fue de (como se diría en Murcia) "me han puesto los pelos como escarpias".
Hubo momentos de no poder parar de saltar, otros de "no me acuerdo de la letra", algunos de dejarnos mecer por su rota voz y muchos de "esta me la sé y la canto contigo Ferreiro".

En conclusión, Iván Ferreiro sabe meterse al público en el bolsillo y aunque en este nuevo disco sus variables ritmos te hagan viajar a lugares de su tierra, a sus momentos íntimos o granitos de locura. Él "vive esperando siempre, que tú le cuentes, que está adentro de lo que sientes". No pienso perderme de nuevo su actuación el 7 de diciembre en el Teatro Circo de Murcia.

Óscar Larubia.